Thursday, July 03, 2008

¡¡¡Fuga!!!

¿Fugarme yo de mi casa?, puede ser. Resulta que uno llega a medio morir de un largo día... sin tiempo de desayunar, lluvia, chamba y más chamba. Te das cuenta que no es nada fácil, mil contradicciones y añoranzas... tu estado anímico no es el mejor, te tomas un café que sólo te provoca sueño y un cigarro que te da tos. En fin, el tráfico de regreso a casa lo soportas... porque llegarás a casa, entrarás y te recibirá tu perro con brincos alegres, y tu padre con alguna historia del día. Despues de pasar a 2 cajeros sin dinero compras unos chicles en Superama para sacar efectivo en caja y la amable señorita no encuentra el billete adecuado, quieres pasar por un té chai latte deslactosado pero mmmmm... ya quieres llegar a tu casa.

Regreso al inicio... llegas a medio morir y corriendo a visitar el WC porque bebiste mucha agua (a ver si se quita el fregado barro que te salió), entras a tu cuarto y ¿qué es lo que encuentras?



¡¡Sí!! Una montaña horrible con todos tus zapatos y cosas del clóset... gritas: ¿qué chingados pasó aquí?

Resulta que hubo una fuga de agua en mi baño, adentro del clóset y ¿por qué no? mi señor padre decidió sacar delicadamente mis cosas y las aventó junto al librero. No es que sea muy ordenanda pero... ¿qué le costaba ponerlos como gente decente?

Obviamente no tengo ganas de acomodarlos, así que ahí se quedarán, no sé hasta cuándo... pero cuando lo haga tiraré varios pares que ya ni me acoordaba que existían... como esos Vans noventeros con hoyos. Maldita fuga de agua, ¿por qué en mi cuarto? ¿Acaso me estás corriendo de mi propia casa?