Tell Me Baby
En Premiere para todos ustedes el video del segundo sencillo que sale del Stadium Arcadium de los Red Hot Chili Peppers, para esta fecha aún no está en el mercado. Al parecer es un homenaje a todos sus fans y está genial, sencillito y carismático.
I Wish I Was There!!!
Enjoy It!!
Tuesday, July 11, 2006
Friday, July 07, 2006
Réquiem...
Hoy no ganó la democracia, no ganamos un gobierno justo, definitivamente ganó la conformidad, y eso es lo triste.
México pasará otros seis años iguales, “en el país de no pasa nada”. Han ganado aquellos que están conformes con lo que tienen, aquellos a los que no les ha ido mal, pero tampoco bien. Han ganado los cercanos a un sólo partido, los que recibirán su “tajada”. Ha ganado la clase media que vive tratando de salir de la inundación, los que se conforman con tener un techo, y comida, pero nada más.
En lo particular, hace seis años, yo aposté mi voto a nuestro actual presidente, todo por un cambio… ¿y qué pasó? No podría realizar una lista de cosas positivas y/o negativas, pero creo que no pasó nada. Sin embargo, acostumbro observar a la gente, y veo más pobreza, veo a más gente insatisfecha, veo un país con un sector cultural totalmente desaprovechado, veo que las televisoras están compradas, veo un país fragmentado, en el que siempre la gente se queja, sea quien sea su gobernante, y sobre todo veo tristeza y un miedo profundo.
No podemos adelantarnos a lo que pasará. Pero reflexiono en mi pequeño mundo, en el que me rodea, y puedo ver a personas que no quieren ver más allá, y eso es triste, puedo ver actitudes un tanto fascistas, al escuchar adjetivos como: “nacos”, “incultos”, “huevones” me pregunto una y otra vez ¿no se han visto en un espejo?, ¿no será que le tienen miedo a su propia realidad y sólo se escudan en una imagen?
Repito… más que un enojo, me embarga una tristeza profunda. La decepción cada vez que escucho comentarios egocéntricos, egoístas y sin fundamentos. ¿Hacia dónde vamos? ¿seremos capaces de ver más allá de nuestras narices? Sólo debemos voltear un poco, salirnos de la burbuja rosa y ver que existe mucha pobreza, mucha gente necesitada, mucha “carne de cañón” para los que tienen en sus manos el poder. ¿Es tan difícil?
Toda esta reflexión no es partidaria, quise escribir mi punto de vista porque siempre vienen a mi mente imágenes podridas.
Caminando por las calles de San Cristóbal de las Casas me encuentro a una niña, aproximadamente unos 3 años de edad. Traía un vestidito blanco percudido, y debajo de él, nada que le proteja sus zonas íntimas, descalza por supuesto, mal peinada y flaca como un hilito que se desvanece. Me siento en una banca a comer mis esquites. Al intentar probar el alimento, sentí nauseas, una culpabilidad impresionante y ganas de llorar de coraje. Me acerqué con la niña y le pregunté cómo se llamaba… no contestó. Le di mi vaso con elotes desgranados y la observé. Sus ojos se llenaron de felicidad. Inmediatamente llegó el hermano mayor, vestido con jeans sucios, tenis viejos y una playera azul. La niña se quedó perpleja, le dio el vasito y se fue corriendo. Mientras tanto, en otra esquina una madre alimentaba a sus 5 hijos, de entre 4 y 12 años. Una lata de frijoles abierta con cuchillo, un refresco de un litro sabor naranja y una docena de tortillas.
¿Eso queremos para nuestro país?
Concientizar a la gente no hace daño. Hagámoslo en paz. Somos libres pero hay que ser responsables, no sólo por nosotros mismos, sino hacia los demás.
México pasará otros seis años iguales, “en el país de no pasa nada”. Han ganado aquellos que están conformes con lo que tienen, aquellos a los que no les ha ido mal, pero tampoco bien. Han ganado los cercanos a un sólo partido, los que recibirán su “tajada”. Ha ganado la clase media que vive tratando de salir de la inundación, los que se conforman con tener un techo, y comida, pero nada más.
En lo particular, hace seis años, yo aposté mi voto a nuestro actual presidente, todo por un cambio… ¿y qué pasó? No podría realizar una lista de cosas positivas y/o negativas, pero creo que no pasó nada. Sin embargo, acostumbro observar a la gente, y veo más pobreza, veo a más gente insatisfecha, veo un país con un sector cultural totalmente desaprovechado, veo que las televisoras están compradas, veo un país fragmentado, en el que siempre la gente se queja, sea quien sea su gobernante, y sobre todo veo tristeza y un miedo profundo.
No podemos adelantarnos a lo que pasará. Pero reflexiono en mi pequeño mundo, en el que me rodea, y puedo ver a personas que no quieren ver más allá, y eso es triste, puedo ver actitudes un tanto fascistas, al escuchar adjetivos como: “nacos”, “incultos”, “huevones” me pregunto una y otra vez ¿no se han visto en un espejo?, ¿no será que le tienen miedo a su propia realidad y sólo se escudan en una imagen?
Repito… más que un enojo, me embarga una tristeza profunda. La decepción cada vez que escucho comentarios egocéntricos, egoístas y sin fundamentos. ¿Hacia dónde vamos? ¿seremos capaces de ver más allá de nuestras narices? Sólo debemos voltear un poco, salirnos de la burbuja rosa y ver que existe mucha pobreza, mucha gente necesitada, mucha “carne de cañón” para los que tienen en sus manos el poder. ¿Es tan difícil?
Toda esta reflexión no es partidaria, quise escribir mi punto de vista porque siempre vienen a mi mente imágenes podridas.
Caminando por las calles de San Cristóbal de las Casas me encuentro a una niña, aproximadamente unos 3 años de edad. Traía un vestidito blanco percudido, y debajo de él, nada que le proteja sus zonas íntimas, descalza por supuesto, mal peinada y flaca como un hilito que se desvanece. Me siento en una banca a comer mis esquites. Al intentar probar el alimento, sentí nauseas, una culpabilidad impresionante y ganas de llorar de coraje. Me acerqué con la niña y le pregunté cómo se llamaba… no contestó. Le di mi vaso con elotes desgranados y la observé. Sus ojos se llenaron de felicidad. Inmediatamente llegó el hermano mayor, vestido con jeans sucios, tenis viejos y una playera azul. La niña se quedó perpleja, le dio el vasito y se fue corriendo. Mientras tanto, en otra esquina una madre alimentaba a sus 5 hijos, de entre 4 y 12 años. Una lata de frijoles abierta con cuchillo, un refresco de un litro sabor naranja y una docena de tortillas.
¿Eso queremos para nuestro país?
Concientizar a la gente no hace daño. Hagámoslo en paz. Somos libres pero hay que ser responsables, no sólo por nosotros mismos, sino hacia los demás.
