Sunday, October 18, 2009

dieciocho/diez/cero ocho

Hace un año
La luna llena
Invisible la multitud
Ansias incontenibles
Emociones encontradas
Fuego inminente

Hace un año
Miradas conocidas
Sonrisa intranquila
Complicidad
Y yo...
Un tanto ausente
Imperfecta

Hace un año
Te grabé en mi mente
Me sequé del tiempo
En tu respiración
Sin suponer...
Yo
Ingenua

Hace un año
No hubo distancia
Ni discursos
Y tú...
No lo sé
Aún

Hoy
Luna inexistente
No hay multitud
Ni sonidos ausentes
Sólo yo
Mis pensamientos
Mis miedos

Hoy
No existes
Abismo
Sólo tú
Lindo sueño
Apaga la luz...

Sunday, October 04, 2009

Elefantes en Papantla

Hace dos semanas tuve la oportunidad de pasar un día increíble, repleto de emociones encontradas, y que sin duda nunca olvidaré. Una semana y días después, aparecieron en los medios dos noticias relacionadas con aquel día. Extraño, casualidades o simplemente señales.

Caminando por Reforma, después de ver las fotografías de Argentina y México, decidimos entrar al zoológico. Su pasión al hablar de los animales me asombraba cada momento. Así, después de mil vueltas llegamos a ver al elefante, uno de sus animales favoritos, hoy se que su nombre es Maguie.

Ahora que lo recuerdo, fue en uno de los sitios en el que más estuvimos. Yo veía a la elefanta inofensiva, mientras él me explicaba que en el reino animal, hasta el elefante más tierno, es salvaje, que viven así, guardando sus energías para cuando lo necesitan, pero cuando se trata de defenderse, cualquiera, hasta Maguie, podría matar a cualquier presa.

A mí se me hacía muy extraño que sólo hubiera un elefante en el zoológico, hasta le dije: "pero en los circos luego tienen varios, ¿qué será?" Fue triste ver a Maguie y a muchos de los animales solos.

El día de su partida, por la mañana, escuché la noticia de que Maguie estaba muy deprimida y que no se encontraba en las mejores condiciones de vida, por lo que (cito textualmente):

"La Secretaria del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal, Martha Delgado Peralta informó que con el fin de mejorar las condiciones posibles de cautiverio de la elefanta asiática “Magguie”, que actualmente se exhibe en el Zoológico de Chapultepec, se trasladará este ejemplar a las instalaciones del Zoológico de San Juan de Aragón, en donde tendrá la oportunidad de contar con convivencia en grupo, mayor espacio de exhibición y mejores instalaciones.

Indicó, que de esta manera la elefanta “Maguie” tendrá la oportunidad de vivir en compañía de la elefanta “Cha Cha”, lo que les aportará mayor bienestar en su mantenimiento en cautiverio, debido a que los elefantes son animales gregarios o de grupo, por lo que es indispensable que en cautiverio estén en compañía, socialicen y mantengan la estructura social de matriarcado característica de esta especie."

Ahora Maguie vive con Cha Cha y ya no hay elefantes en el zoológico de Chapultepec, ni uno.

Salimos del zoológico, y después de un largo paseo por otros lugares, por otros increíbles paisajes, atendí el capricho de ir a ver a los Voladores de Papantla.

Preguntábamos y bromeábamos asombrados en el fondo. ¿Voladores de Papantla?, ¿existe Papantla?, ¿se suben tres, o cuatro?, ¿se queda uno sentado en el centro?, ¿se amarran de los pies? ¿Aún tiene sentido su ritual?

Al final, fue una gran experiencia.

Al día siguiente que escuché lo de Maguie, leí la siguiente noticia:

“Voladores de Papantla y tradiciones de Tolimán, patrimonio de la humanidad

Por primera vez, el organismo enumera los rituales que “requieren urgente salvaguarda”

La ceremonia ritual de los voladores de Papantla, Veracruz, y las tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, Peña de Bernal, Querétaro, guardián de un territorio sagrado, fueron incluidas este miércoles en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)…”

¿Cómo es posible que se hayan generado dos noticias que tuvieron que ver con aquel día?

No tengo explicación alguna. En la vida a veces nos encontramos arriba, desatados, para eventualmente caer dando vueltas, amarrados para disfrutar la caída. Alguien supo que había que rescatar a Maguie, alguien supo que había que rescatar a los Voladores de Papantla. Por mi cabeza pasaron de alguna forma esos dos reclamos, aunque en ese momento era más fuerte el miedo a que terminara nuestra caída para encontrar el piso de cabeza. Hoy no puedo compartirlo… y lo extraño mucho.